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Las Tablas y los Ojos del Guadiana: agua, paisaje y gente

El Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y el Organismo Autónomo Parques Nacionales (OAPN) han formalizado un Protocolo de Colaboración para el desarrollo de actividades en la Red de Parques Nacionales. El primer producto de este Protocolo ha sido la publicación conjunta del libro: “Las Tablas y los Ojos del Guadiana: agua, paisaje y gente”, del que es editor y coautor el Jefe de Área de Infraestructura Hidrogeológica, del Departamento de Investigación y Prospectiva Geocientífica, D. Miguel Mejías Moreno.

Este libro es el primero de una colección que incluirá otros parques nacionales. Se trata de una publicación de alta difusión científica, con una encuadernación de calidad, en la que el hilo conductor es la historia del ser humano y del agua a lo largo de los últimos 4.000 años, desde los primeros aprovechamientos de agua subterránea relacionados con las motillas de la Edad del Bronce de La Mancha, hasta la aprobación en el Consejo de Ministros de 10 de enero de 2014 de la ampliación del espacio protegido en el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel.

El libro recoge la relación entre el medio natural y la cultura inmaterial asociada a este, de manera que se recopila y pone en valor aspectos geológicos, hidrológicos, arqueológicos y sociales, destacando entre estos últimos la forma de vida, oficios y tradiciones de los pobladores de la zona durante el pasado siglo XX.

La publicación tiene un marcado carácter visual y divulgativo. Consta de 360 páginas, estructuradas en 9 capítulos, y contiene 295 imágenes e ilustraciones.

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El Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama: cumbres, paisaje y gente

Esta publicación, la segunda de la serie, pretende ofrecer una mirada diferente e integradora de la Sierra, incluido su parque nacional, con visiones apenas divulgadas, que permitan resaltar el vínculo entre sus características físicas y culturales. Su personalidad geológica, topografía y sus características climáticas han conferido una marcada identidad a esta Sierra, configurando formas de vida que han llegado hasta el presente.

Cumbres, paisaje y gente hilados más allá de lo perceptible a simple vista. El lenguaje geológico habla de sus materiales litológicos, del modelado glaciar que ha dejado huella en sus cabeceras, de la pulsión tectónica que levantó las rocas hacia alturas y de la erosión que marcó el diseño de los valles. La orientación de sus cordales más elevados y su capacidad hidrológica han marcado las vertientes de sus grandes ríos: el Eresma y el Lozoya, que han facilitado el desarrollo de poblaciones alejadas e incluso desconocedoras del origen del agua de la que dependen sus vidas.

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